Sigue la lluvia dentro de mi,
humedeciendo de tinieblas
el paladar de mi utopía,
ahogando en aullidos
el coyote de mis
insomnios,
quemando
en aguaceros
el cañaveral que crece
en las estepas de mi ceguera,
acariciando al tigre que
a zarpazos
desangra
mis entrañas.
.....
viernes, 24 de diciembre de 2010
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