No fue necesario el vil cadalso para sustraerse de tu abadía
que rascó tinieblas en el retablo de mi ceguera
ni fue imperioso el fantasma de la isla
para desarraigar el pronunciado abrigo de tus promesas muertas
ni fueron tus ojos suficiente anzuelo
para anclarme como náufrago
a la helada dársena de tus pechos
ni tu sonrisa lunar el garfio plateado
que descorrió los velos de tu misterio
para quedar tatuado en ti como el arco iris
en las alas de la mariposa
ni el amargo trópico de tus caderas que bailaron un infierno
para entibiar el tierno invierno de mis oxidadas piernas.
No, no fue la piedra que anudó mi sangre
al descalabro de un desamparo lo que me alejó de ti,
fue ese epilogado silencio que empezó a gotear incendios,
ausencias y reproches como el cuerpo tambaleante de un herido
que va arrastrando sus vísceras sobre el sendero de las profecías.
Fue un adiós callado que despobló de uñas mis acangrejadas manos
de tanto arañar el dilatado eclipse donde resbalaron todas mis tristezas
y demolió a pajuelazos las paredes mortuorias de un amor que cayó
a pedazos como un cántaro roto por el impacto de un guijarro.
.............
martes, 5 de abril de 2011
¡CORRE PELÍCULA! NEXQUIPÁYAC Y LOS CAMPESINOS DEL FPDT
¡Corre película! Este domingo, una invitación de Claudio Duana y Heriberto Salas al pueblo de Nexquipáyac (Atenco), cuyo santo, San Cristóbal, enfila el cayado para que transportistas motorizados y no motorizados la libren cotidianamente en su monótono trajinar, me hizo vivir lo mejor del país que nos dscubrió el Indio Fernández en “Flor Silvestre”, del país que Ismael Rodríguez imaginó en “Los Hermanos del Hierro” o del mismísimo país que nos reveló Segei Eisenstein en “Viva México”, para no hablar de más países que las escenas del campo y del folclor mexicano nos traen a colación cuando se reúne un puñado, batallón o tropel de amigos que en lo mejor de sí mismos comparten viandas y raciones como tortillas, carne asada, longaniza, cebollas envueltas en papel aluminio, que según las malas lenguas estaban sabrosísimas, bueno dicen, porque si hay algo que aborrezco en la comida son las cebollas; además de mezcal, tequila, ron y ¡pulque!
Astedes dirán pa que tanto cuento o película patroncitos, pos nomás porque sí, porque en esta reunión de amigos y que digo de amigos, de hermanos, estaba la mexicanidad en toda la extensión de la palabra.
Tratose ni más ni menos de un festejo anunciado hace un tiempo por el presidente del Sindicato Único de Novios, Amantes, Sanchos y Garañones, el “SUN”, o sea Claudio Duana, compositor de canciones mexicanas y campesino hasta las cachas; el pretexto (¡y qué pretexto!) fue el comienzo de la cosecha de cebollas (¡guácala!), coliflores (qué sabrosas, verdá de Dios), y de cilantro que los entendidos le dicen “culantro” pero que en México no le llamamos así por obvias y terríficas razones (imagínense pedir un manojito de culantro a la recaudera, pos no ¿verdá?). Pues resulta que este domingo el llamado fue en “El Arenal”, que dejó de ser arena para convertirse en un vergel y demostrar que en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra no sólo somos buenos pa cultivar rebeldías y consignas y solidaridades sino también para hacer lo que sabemos hacer ya desde endenantes, hacerle el amor a la tierra, cubrirla de afecto, tratarla bien y engendrar con ella los frutos que más apreciamos: los alimentos. Y en efeuto, coliflores, cilantro y cebollas destacan en el aparente infértil suelo atenquense, donde los necios conjuran por medio de Conagua para construir el tan mentado aeropuerto que ha costado tantas tragedias en este histórico territorio.
En fin, que convivimos, concomimos, combebimos y concebimos un mundo donde el campo es el actor, director y el escenario de una película que ya no es frecuente ver pero que podemos volver a filmar y filmar sin dejar de luchar… ¡Corte!
(Seguiremos informando…).
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Astedes dirán pa que tanto cuento o película patroncitos, pos nomás porque sí, porque en esta reunión de amigos y que digo de amigos, de hermanos, estaba la mexicanidad en toda la extensión de la palabra.
Tratose ni más ni menos de un festejo anunciado hace un tiempo por el presidente del Sindicato Único de Novios, Amantes, Sanchos y Garañones, el “SUN”, o sea Claudio Duana, compositor de canciones mexicanas y campesino hasta las cachas; el pretexto (¡y qué pretexto!) fue el comienzo de la cosecha de cebollas (¡guácala!), coliflores (qué sabrosas, verdá de Dios), y de cilantro que los entendidos le dicen “culantro” pero que en México no le llamamos así por obvias y terríficas razones (imagínense pedir un manojito de culantro a la recaudera, pos no ¿verdá?). Pues resulta que este domingo el llamado fue en “El Arenal”, que dejó de ser arena para convertirse en un vergel y demostrar que en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra no sólo somos buenos pa cultivar rebeldías y consignas y solidaridades sino también para hacer lo que sabemos hacer ya desde endenantes, hacerle el amor a la tierra, cubrirla de afecto, tratarla bien y engendrar con ella los frutos que más apreciamos: los alimentos. Y en efeuto, coliflores, cilantro y cebollas destacan en el aparente infértil suelo atenquense, donde los necios conjuran por medio de Conagua para construir el tan mentado aeropuerto que ha costado tantas tragedias en este histórico territorio.
En fin, que convivimos, concomimos, combebimos y concebimos un mundo donde el campo es el actor, director y el escenario de una película que ya no es frecuente ver pero que podemos volver a filmar y filmar sin dejar de luchar… ¡Corte!
(Seguiremos informando…).
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RECUENTO DE DAÑOS EN TIEMPOS REBELDES
(Para Odette, mi señora por su amor y solidaridad)
Ahora que al dolor le gustó el territorio de mi cuerpo
como lugar de esparcimiento,
observo como un vígía
la penosa inmovilidad de las cosas,
la angustiosa repetición de la vida diaria,
la insurgencia de las moscas,
apenas el frío esconde sus filosas estalactitas
y ellas vuelan sin miedo a ser sacrificadas,
atisbo al cangrejo del tiempo
que corre por todos lados
sobre las playas de mi pecho,
entonces, me invade un sentimiento jinete
que se pone a cabalgar sobre las praderas del tedio,
y pienso en el hermoso itinerario de paisajes,
que ahora cambio por masajes
y por amorosas inyecciones que aplica mi señora
en mis nalgas de alfiletero,
pienso en mi hija que me habla
sobre la junta de consejo de su escuela
y me pide llevarla a ver a las estrellas
en las noches de huelga chapinguera,
y pienso en el arsenal de bellísimas palabras
que me prodigan mis amigas y mis amigos
en las nubes digitales,
todas estas muestras de amor
las guardaré en mi memoria
para zurcir con ellas una patria solidaria,
las pondré en mi almohada
cada noche para alejar el fuego de mis demonios,
las consignaré por escrito
en el deshielo de mi pierna
para sacudir de una vez por todas
la hibernación en que se encuentra,
y mientras pienso esto, mis amigos,
mis compañeros de trabajo siguen en huelga,
mis hermanos de Atenco marchan solidarios,
otros resisten el acoso de los ruines
desde los calabozos de las prisiones
desde las trincheras del desempleo
desde el cepo de los viles
desde los grilletes del capital
y entonces pienso que hay que aliviarse rápido
porque hoy es tiempo de unión
y no quiero dejar a estos párpados sin luz
ni quedar petrificado en esta silla
que destroza el cuerpo
ni quedarme atrapado en los días rotos
contemplando como crece en mi pueblo
ese puño de amor y rebeldía,
no, no vale la pena
estar más tiempo
con el crucifijo del enfermo.
...............
Ahora que al dolor le gustó el territorio de mi cuerpo
como lugar de esparcimiento,
observo como un vígía
la penosa inmovilidad de las cosas,
la angustiosa repetición de la vida diaria,
la insurgencia de las moscas,
apenas el frío esconde sus filosas estalactitas
y ellas vuelan sin miedo a ser sacrificadas,
atisbo al cangrejo del tiempo
que corre por todos lados
sobre las playas de mi pecho,
entonces, me invade un sentimiento jinete
que se pone a cabalgar sobre las praderas del tedio,
y pienso en el hermoso itinerario de paisajes,
que ahora cambio por masajes
y por amorosas inyecciones que aplica mi señora
en mis nalgas de alfiletero,
pienso en mi hija que me habla
sobre la junta de consejo de su escuela
y me pide llevarla a ver a las estrellas
en las noches de huelga chapinguera,
y pienso en el arsenal de bellísimas palabras
que me prodigan mis amigas y mis amigos
en las nubes digitales,
todas estas muestras de amor
las guardaré en mi memoria
para zurcir con ellas una patria solidaria,
las pondré en mi almohada
cada noche para alejar el fuego de mis demonios,
las consignaré por escrito
en el deshielo de mi pierna
para sacudir de una vez por todas
la hibernación en que se encuentra,
y mientras pienso esto, mis amigos,
mis compañeros de trabajo siguen en huelga,
mis hermanos de Atenco marchan solidarios,
otros resisten el acoso de los ruines
desde los calabozos de las prisiones
desde las trincheras del desempleo
desde el cepo de los viles
desde los grilletes del capital
y entonces pienso que hay que aliviarse rápido
porque hoy es tiempo de unión
y no quiero dejar a estos párpados sin luz
ni quedar petrificado en esta silla
que destroza el cuerpo
ni quedarme atrapado en los días rotos
contemplando como crece en mi pueblo
ese puño de amor y rebeldía,
no, no vale la pena
estar más tiempo
con el crucifijo del enfermo.
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EN EL REGAZO DEL PIRATA
Eres propiedad del mar
tu paisaje es parte de su memoria
marea nocturna
silbido de sirenas
atarraya de pescador
ínsula que emerges de las sombras
como un verso perdido
en la arena sangrante
del ayer.
Revuélcame
en tus olas olorosas
que resbalan por tu pecho,
quiero duplicarme en ti,
reflejo del agua
garfio sin filibustero
barca en la niebla senescente
húmedo huipil del cielo.
Llévame en tus enaguas de sal
donde abrevan
las medusas y las estrellas
de la mar océano
que sólo quiero
aneptunarme contigo
en la sima profunda del agua,
regazo del pirata,
do yace un galeón herido.
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tu paisaje es parte de su memoria
marea nocturna
silbido de sirenas
atarraya de pescador
ínsula que emerges de las sombras
como un verso perdido
en la arena sangrante
del ayer.
Revuélcame
en tus olas olorosas
que resbalan por tu pecho,
quiero duplicarme en ti,
reflejo del agua
garfio sin filibustero
barca en la niebla senescente
húmedo huipil del cielo.
Llévame en tus enaguas de sal
donde abrevan
las medusas y las estrellas
de la mar océano
que sólo quiero
aneptunarme contigo
en la sima profunda del agua,
regazo del pirata,
do yace un galeón herido.
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EL DOLOR SE MIDE POR OLAS
He visto la crudeza de las imágenes,
frente al cataclismo y la desolación,
nunca nadie está preparado,
razón tienen los peñi mapuche,
la naturaleza no tiene diques ni fuerzas que la dominen,
ni el bálsamo de tantos amigos cura estas desgarraduras,
no son suficientes tantas solidaridades para devolver la vida
a los que tuvieron el infortunio de ser devorados por las aguas;
nunca serán suficientes las lágrimas para sustituir
la insignificancia de nuestras almas,
pero si de algo sirven las mías,
yo también derramaré unas cuantas para que,
juntando todas,
podamos hacer un dique a tanto dolor que fluye por todas partes.
Sepan ustedes que en México
hay muchos corazones que quieren ser un paliativo a tanto dolor,
entre ellos se encuentra el mío que también siente la tragedia
y se deslava en la impotencia de no poder decir más que estas palabras.
frente al cataclismo y la desolación,
nunca nadie está preparado,
razón tienen los peñi mapuche,
la naturaleza no tiene diques ni fuerzas que la dominen,
ni el bálsamo de tantos amigos cura estas desgarraduras,
no son suficientes tantas solidaridades para devolver la vida
a los que tuvieron el infortunio de ser devorados por las aguas;
nunca serán suficientes las lágrimas para sustituir
la insignificancia de nuestras almas,
pero si de algo sirven las mías,
yo también derramaré unas cuantas para que,
juntando todas,
podamos hacer un dique a tanto dolor que fluye por todas partes.
Sepan ustedes que en México
hay muchos corazones que quieren ser un paliativo a tanto dolor,
entre ellos se encuentra el mío que también siente la tragedia
y se deslava en la impotencia de no poder decir más que estas palabras.
EN EL RETABLO DE MI CEGUERA
No fue necesario el vil cadalso para sustraerse de tu abadía
que rascó tinieblas en el retablo de mi ceguera
ni fue imperioso el fantasma de la isla
para desarraigar el pronunciado abrigo de tus promesas muertas
ni fueron tus ojos suficiente anzuelo
para anclarme como náufrago
a la helada dársena de tus pechos
ni tu sonrisa lunar el garfio plateado
que descorrió los velos de tu misterio
para quedar tatuado en ti como el arco iris
en las alas de la mariposa
ni el amargo trópico de tus caderas que bailaron un infierno
para entibiar el tierno invierno de mis oxidadas piernas.
No, no fue la piedra que anudó mi sangre
al descalabro de un desamparo lo que me alejó de ti,
fue ese epilogado silencio que empezó a gotear incendios,
ausencias y reproches como el cuerpo tambaleante de un herido
que va arrastrando sus vísceras sobre el sendero de las profecías.
Fue un adiós callado que despobló de uñas mis acangrejadas manos
de tanto arañar el dilatado eclipse donde resbalaron todas mis tristezas
y demolió a pajuelazos las paredes mortuorias de un amor que cayó
a pedazos como un cántaro roto por el impacto de un guijarro.
...
que rascó tinieblas en el retablo de mi ceguera
ni fue imperioso el fantasma de la isla
para desarraigar el pronunciado abrigo de tus promesas muertas
ni fueron tus ojos suficiente anzuelo
para anclarme como náufrago
a la helada dársena de tus pechos
ni tu sonrisa lunar el garfio plateado
que descorrió los velos de tu misterio
para quedar tatuado en ti como el arco iris
en las alas de la mariposa
ni el amargo trópico de tus caderas que bailaron un infierno
para entibiar el tierno invierno de mis oxidadas piernas.
No, no fue la piedra que anudó mi sangre
al descalabro de un desamparo lo que me alejó de ti,
fue ese epilogado silencio que empezó a gotear incendios,
ausencias y reproches como el cuerpo tambaleante de un herido
que va arrastrando sus vísceras sobre el sendero de las profecías.
Fue un adiós callado que despobló de uñas mis acangrejadas manos
de tanto arañar el dilatado eclipse donde resbalaron todas mis tristezas
y demolió a pajuelazos las paredes mortuorias de un amor que cayó
a pedazos como un cántaro roto por el impacto de un guijarro.
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NO VALE NADA LA VIDA
En realidad, la vida toda es un misterio,
millones de seres que se mueven,
al cadencioso ritmo de las cosas viles,
entre los que se encuentra mi gato
que se empeña en tirar los libros
de mi escritorio para tirarse
como un borracho junto a un poste,
millones de pensamientos
que han habitado este mundo,
que deambulan en los surcos
y en los viñedos, en las universidades
y en las fábricas, en los talleres
y en las tiendas de abarrotes
y en los bunkers
donde se planean los bombardeos
y anidan en grandes hombres que escribieron
millones de libros sobre el ser humano
y han pintado imágenes de caza y de guerra
y construido obras pulguita como una taza de té
y gigantescas como un bombardero criminal
desde la remota historia del mundo,
y ni mi gato ni yo
ni Cristo ni Galileo ni Sócrates
ni Newton ni Marx ni Einstein ni Freud,
nadie ha sabido descifrar
el por qué nacemos y morimos
como el inmortal José Alfredo
en su No Vale Nada La Vida.
…………..
millones de seres que se mueven,
al cadencioso ritmo de las cosas viles,
entre los que se encuentra mi gato
que se empeña en tirar los libros
de mi escritorio para tirarse
como un borracho junto a un poste,
millones de pensamientos
que han habitado este mundo,
que deambulan en los surcos
y en los viñedos, en las universidades
y en las fábricas, en los talleres
y en las tiendas de abarrotes
y en los bunkers
donde se planean los bombardeos
y anidan en grandes hombres que escribieron
millones de libros sobre el ser humano
y han pintado imágenes de caza y de guerra
y construido obras pulguita como una taza de té
y gigantescas como un bombardero criminal
desde la remota historia del mundo,
y ni mi gato ni yo
ni Cristo ni Galileo ni Sócrates
ni Newton ni Marx ni Einstein ni Freud,
nadie ha sabido descifrar
el por qué nacemos y morimos
como el inmortal José Alfredo
en su No Vale Nada La Vida.
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LAVANDEROS Y LOS WEYCHAFE MAPUCHE
El domingo repica un campanario rebalsado de fantasmas
la iglesia se cubre la cabeza con un rebozo de badajos,
feligreses elegantes llevan
por pecho un escapulario
por frente una cruz
y por alma las brasas del pecado,
oscilan entre el crepusculario del tiempo
y la metafísica del dolor,
invocan el perdón y la entrada al Reino de los Cielos,
oraciones y jaculatorias desparraman su pesar
en la transparente epidermis de los cirios,
más allá del cantar de los cantares que canta un cantor petrificado
más allá del destierro de los púlpitos y de un bautisterio moribundo
más allá del sermón que resbala de los labios
de un sobreviviente de Sodoma,
más allá de las rezanderas sin rosario
que engrilletan sus padresnuestros a los párpados de una virgen,
mientras, las campanas sin campanero, tocan a rebato
un redoble de caballos que cabalga tristemente
en el diapasón de mis sentidos.
No hay remedio, en Lavanderos, todo se ha vuelto desechable,
misas de plástico
flores de plástico
rezos de papel
y las campanas que llaman a misa, sin piel, sin lengua, invertebradas,
las campanas, pobres, sin cuerdas vocales, encerradas en un microchip.
Hoy no iré a lavar mis pecados a la iglesia ausente
ni prenderé la TV para ver la salvación de los mineros
prefiero marchar por la libertad de los presos en huelga de hambre
a la cárcel de Temuco,
pues para mí los weychafe mapuche,
a pesar de la iglesia y del racista gobierno chileno,
no son desechables.
....................
la iglesia se cubre la cabeza con un rebozo de badajos,
feligreses elegantes llevan
por pecho un escapulario
por frente una cruz
y por alma las brasas del pecado,
oscilan entre el crepusculario del tiempo
y la metafísica del dolor,
invocan el perdón y la entrada al Reino de los Cielos,
oraciones y jaculatorias desparraman su pesar
en la transparente epidermis de los cirios,
más allá del cantar de los cantares que canta un cantor petrificado
más allá del destierro de los púlpitos y de un bautisterio moribundo
más allá del sermón que resbala de los labios
de un sobreviviente de Sodoma,
más allá de las rezanderas sin rosario
que engrilletan sus padresnuestros a los párpados de una virgen,
mientras, las campanas sin campanero, tocan a rebato
un redoble de caballos que cabalga tristemente
en el diapasón de mis sentidos.
No hay remedio, en Lavanderos, todo se ha vuelto desechable,
misas de plástico
flores de plástico
rezos de papel
y las campanas que llaman a misa, sin piel, sin lengua, invertebradas,
las campanas, pobres, sin cuerdas vocales, encerradas en un microchip.
Hoy no iré a lavar mis pecados a la iglesia ausente
ni prenderé la TV para ver la salvación de los mineros
prefiero marchar por la libertad de los presos en huelga de hambre
a la cárcel de Temuco,
pues para mí los weychafe mapuche,
a pesar de la iglesia y del racista gobierno chileno,
no son desechables.
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